Y es que, por mucho fracaso sindical del que hablan muchos "listillos" de derechas, la huelga general de hoy, 29 de marzo, ha sido un éxito rotundo: el pueblo se ha echado masivamente a la calle. Piquetes informativos, manifestaciones por toda España y participaciones del 80% o más en algunas universidades. La huelga contra la reforma laboral (la octava huelga general de la democracia) ha tenido un gran impacto, aunque haya sido silenciada por la Patronal o los medios.
La reforma laboral es una matanza de derechos de los trabajadores, que van a sufrir la crisis que provocaron sus jefes. La reducción de la indemnización por despido, la posibilidad de ser despedido por unos 9 días de baja o aunque haya beneficios en la empresa, bajadas de sueldo, tener que demostrar el trabajador mismo que su despido ha sido improcedente o la eliminación de bonificaciones por ser madre (supongo que Gallardón no voataría a favor de esta "violencia estructural") son algunas de las reformas cachondas que nos quiere dejar Rajoy junto con su ministra de Trabajo, Fátima Báñez (que, irónicamente, no ha trabajado en su vida). ¿La causa de todo esto? Según el PP: la crisis, que, recordemos, crearon los empresarios y banqueros y quieren que paguen los trabajadores.
Lo cierto es que cualquier persona con dos dedos de frente puede ver una cosa: el PP es un partido de derechas, que defiende los derechos de los empresarios y los mercados (exacto, no defiende los derechos de los trabajadores) y se ve que los trabajadores españoles tenían demasiados "lujos" que los empresarios, ahogados por la crisis financiera (que no laboral), no pueden permitirse. Supongo que estos señores trajeados también habrán vivido por encima de sus posibilidades. ¿Qué consecuencias trae la reforma laboral? Despidos, trabajos precarios, contratos basura, gente agarrándose a clavos ardiendo para no perder la casa y más paro. El propio gobierno ha anunciado que la reforma destrozará un millón y medio de empleos hasta que la cosa se estabilice. Eso, lógicamente, si se estabiliza.
Sea como sea, la huelga general ha servido para una cosa: darnos cuenta de la mierda de país en que vivimos. El parón tan grande que ha habido (mayor en la industria que en el comercio) está siendo silenciado por los medios de comunicación, los políticos (nuestra trabajadora Fátima dice que "las reformas son imparables") y la policía (que, para variar, ha desempolvado y limpiado la sangre de las porras para "volver a la carga" policial).
Nuestros "objetivos" medios de comunicación nos venden a los sindicalistas como borregos violentos que no saben lo que piden y que se han dedicado a perder un día de trabajo para quemar ruedas o contenedores en la calle y hacer el tonto y el bruto con los piquetes.
Los políticos han tenido diversas posturas. El PSOE apoya la huelga, aunque ha seguido yendo a currar al Congreso (excepto uno de sus diputados). El PP sigue en sus trece, lógicamente, y las reformas no se paran. Aparte están "los grupos minoritarios de izquierdas" (como los calificaba hoy el telediario de Antena 3), que no solo apoyan la huelga general, sino que han salido a la calle a apoyar a los trabajadores. Izquierda Unida ha decidido donar el sueldo de sus diputados (sí, los diputados siguen cobrando aunque hagan huelga) a una ONG y desde esta madrugada teníamos a varios diputados (como Alberto Garzón) en piquetes y viendo la increíblemente "justa" actuación de la policía, que se negaba a dar su número e identificarse. Además, ha habido unos 58 detenidos (entre los que había corrido el rumor de que se encontraba el actor Willy Toledo) y unos 9 heridos, de los cuales uno de ellos era un chaval de 19 años de Vitoria que ha ingresado en la UCI y ya está estable (6 de estos 9 heridos eran policías, que SÍ han salido en la televisión, a diferencia del joven de Vitoria).
A lo largo de la historia, las huelgas han conseguido parar países, derrocar gobiernos, ganar derechos para los trabajadores o hacer revoluciones. Han abierto mentes, despertado a la población y unido a los ciudadanos. Ahora, en cambio, en España parece que seguimos con la mentalidad franquista de que "la huelga es un delito contra la patria" y que toda idea que vaya contra el capitalismo "es cosa de rojos cabrones".

Desde aquí, mandar un abrazo y un enorme agradecimiento a todos aquellos que os habéis manifestado contra esta salvajada llamada refoma laboral y a los que habéis hecho piquetes. La tarea era parar el país y hacernos notar y se ha conseguido. ¡Gracias! Sois un orgullo e inspiración, compañeros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario