
Los argumentos estúpidos en torno a la justificación de la tauromaquia son numerosos y variados: es tradición milenaria, cultura propia de este país... También era tradición la pelea de gladiadores y ahora lo vemos como algo barbárico; también es cultura el carácter español del descuido o la picardía (que por ejemplo está generando actualmente la llamada "economía sumergida") y no por eso es más justificable.
La tauromaquia solo cumple una función: dar al hombre la violencia gratuita y necesaria que parece necesitar para vivir, devolverlo a los gloriosos días en que era un simple animal salvaje y sin razón, que se movía por sus instintos. Parece ser que los evolucionados y totalmente cultos protaurinos olvidan que ya no somos un animal, que en teoría somos un algo más.
Además, las continuas ayudas a la tauromaquia (que serán aumentadas por el señor Wert) por la razón de mantener la cultura del país son un insulto contra la ciudadanía, contra el animal y sobre todo contra la decencia. Algo tan rudo, absurdo, barbárico y salvaje como es la tortura de un animal asustado en un ruedo mientras la gente mira y aplaude y las cámaras graban debería ser extirpado como si se tratase de un tumor de la increíblemente anacrónica sociedad española. Quizás podríamos aprender de lugares como Las Vegas, donde se celebran este tipo de espectáculos pero sin dañar al toro y donde no es tortura, sino simple lucha pacífica entre hombre y animal.

La tauromaquia es un problema grave. El "pan y circo" de los romanos se está convirtiendo cada vez más en poco pan y muchos y variados circos, algunos de ellos totalmente pasados de época, pero con la aprobación de la población. Como ciudadanos, es nuestro deber acabar con este tipo de "fiestas", devolver el esplendor a la cultura española y concienciar a la población sobre un trato igualitario para con los animales (pues en teoría somos animales más evolucionados). Algún día futuro veremos la tauromaquia como algo salvaje y pensaremos en la barbaridad que fue...
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