jueves, 28 de noviembre de 2013

Superhéroes anónimos

Esta tarde-noche estaba leyendo mensajes de ascodevida.com cuando he topado con uno que me ha llamado la atención:

Hoy, mi mujer ha llorado. Trabaja a turnos, así que 2 de cada 3 semanas ve al niño 30 minutos al día, mientras que yo cada mañana lo visto, le doy el biberón y lo llevo y lo recojo de la guardería. El poco rato que está con el niño es en la cocina. El niño, de 16 meses, hoy se subió a una banqueta y se cayó de cara, con un moratón enorme. Prefirió venir a mis brazos que a los de su madre. ADV

En los comentarios, me he encontrado uno que me ha parecido absolutamente precioso:

Cuenta a tu hijo que mamá y papá son superheroes, pero que necesitan sus mimos y besos pata volverse fuertes cada día. Porque cada mañana salen a luchar para que el crezca sano y fuerte. Tu en casa y ella fuera. Y mamá necesita una dosis extra de amor. Es cosa de niños, ánimo 

Y me ha hecho pensar. Me ha hecho pensar en que a muchos de nosotros nos ha tocado vivir eso: que uno de nuestros padres tuviera que trabajar continuamente para poder pagarnos lo necesario y lo trivial, la comida y cualquier gilipollez que se nos antojase. Mi padre llegaba tan cansado de currar que muchos días no le apetecía jugar conmigo y mi hermano. A mi madre también le tocaba trabajar.

Y es que vivimos en un mundo en que no se permite que los padres puedan jugar con sus hijos, porque tienen que matarse a trabajar para ganar una miseria que se les va en impuestos y en consumo, en mantener el sistema socioeconómico que nos destroza continuamente la vida y la infancia. Porque ha habido muchos niños que podrían haber pasado horas con sus padres y han tenido que ser como el del mensaje de Asco de vida: espectadores de una aparición fantasmagórica e intermitente.

Mis padres se mataron a trabajar por mí, para que yo comiera, vistiera, fuera al colegio, estudiase, aprendiese y pudiera ver cómo es el mundo, tan frío y triste, y poder ver también que nosotros somos los que, con un pensamiento crítico, podemos cambiarlo. Como decía Karl Marx: Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversas formas el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.

No permitamos que nuestros hijos solo puedan vernos un instante cada día, como a un mecenas desaparecido.

Gracias, papá. Gracias, mamá.

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