miércoles, 18 de junio de 2014

Como marionetas

Desde hace un tiempo, quizás desde que dejé de ser un chaval que iba sin pena ni gloria por el mundo y decidí mirar un poco a ver cómo funcionaba, me ha parecido increíble la forma en la que la caja tonta (o cualquier otro soporte) nos va moldeando las opiniones de una forma tan bestial, de cómo los medios de comunicación te meten una idea como si fuera una flecha que entra de forma limpia y explota al entrar.

Es increíble cómo nos manejan: vemos una protesta en Brasil y pensamos que son un país tercermundista que merece más pan que fútbol, vemos una en Venezuela y recordamos que están bajo el yugo de una feroz dictadura, vemos Grecia (bueno, no, Grecia no la vemos, que ya no interesa lo que pase ahí), vemos Ucrania (bueno, no, Ucrania ahora que ya ha recibido el crédito de la Unión Europea y tiene el gobierno fascista que va a cumplir sus demandas tampoco sale), vemos China y recordamos la tiendecilla del barrio con precios bajos y calidad baja y que curran mucho (los chinos curran mucho, no sabemos si es que son esclavos o nosequé de Tianangmen... porque la plaza esa se escribe así, ¿no?), vemos cosas de Rusia y Putin es un diablo malo maloso que quiere invadir y conquistar todo, vemos un contenedor ardiendo en España y la protesta por derechos laborales ya pasa a ser peor que ETA, vemos ETA y da igual que digan que ya van por la vía política y pacífica que tanto pedíamos que usaran (es que queremos su sangre y sus cabezas en una bandeja, ¿no era así?), vemos un debate político y vamos a ver que dicen estos señores que son expertos aunque no sabemos ni en qué y que hablan con un lenguaje que no entendemos pero que repetimos (porque decir "prima de riesgo" luego en una charla queda muy chulo, queda de señor catedrático, queda de listo y la listeza se valora mucho aunque no la tengas ni sepas qué es), vemos un catalán diciendo que quiere hablar su idioma y pasa a ser otro etarra, vemos un hombre muriéndose de hambre y cambiamos porque empieza el fútbol, vemos muchas cosas y no vemos nada.

Es increíble cómo todas esas cualidades positivas que tiene el ser humano (que hemos llegado a la Luna, coño, que somos listos y buenos) se ven diluidas en una mezcla de intereses económicos (estos siempre están) por querer amasar dinero y poder y acaban dando esta ideología dominante en todos: la de buscar la ignorancia más que el saber (leed sobre Venezuela, Ucrania, la izquierda abertzale, el sistema capitalista, China, la Unión Europea... vais a ver qué risas cuando no concuerde con lo que dice la tele), que busca alienar, dejar idiotas a todos, como espectadores que buscan consumir verdad falsa sin saberlo o quizá sabiéndolo demasiado, que se repiten como si fuera un mantra todo lo que oyen, que han dejado la curiosidad por el conformismo, que prejuzgan, que son autómatas, como ovejas de un rebaño que van hacia un precipicio a tirarse porque se lo dice el perro-pastor, como marionetas... Pero los hilos se rompen y Pinocho se hizo un niño de verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario